Antoine de Saint-Exupéry en el prólogo de » El Principito » dedicaba el libro a todos aquellos que aún seguian siendo niños……..
Esa misma idea pudimos apreciar todos los Grupos Juveniles el día 27 de abril.
A las 10 de la mañana, Fenix, Orión, Hiawatha, ívalon, Halcón, Tatá e Ithaka nos reunimos en la casa de Wendy para ir en su busca al país de Nunca Jamás. Después de que nos explicaran la misión nos encaminamos a la segunda estrella a la derecha.
El señor Darwin nos repartió unos mapas a cada grupo para poder volar sin perdernos por Nunca Jamás. Cada grupo empezó a buscar las pistas para averiguar quien había raptado a Wendolyn. Pidieron la opinión de los personajes de la historia. Para conseguirla, teníamos que pasar algunas pruebas para dar fe de nuestras buenas intenciones.
Después de tantas aventuras, todos necesitábamos llenar nuestros estómagos con un buen banquete pirata. Algunas chicas de Tatá prepararon una campaña de limpieza para que Nunca Jamás quedase libre de basura. En el tiempo libre hubo batallas de indios y piratas. Más tarde subimos a una colina para hacer la oración en la que intervinieron todos los Grupos Juveniles y nos revelaron el secreto que buscábamos en Nunca Jamás. ¿Quien raptó a Wendy? ¡¡Los Niños Perdidos!!
Ellos nos explicaron el juego que determinaría el orden de salida de los equipos hacia la casa de Wendy. Teníamos que coger el mayor número de pelotas y pañuelos posible robándoselos a los otros equipos.
A la hora de regresar a nuestro punto de partida, había que conseguir más pistas para averiguar dónde estaba atrapada Wendolyn.
Después de un largo camino, llegamos a nuestro destino. Los primeros tuvieron más tiempo para buscar y la encontraron junto a un almendro.
Wendy nos hizo una pequeña reflexión, nos regalaron un poco de polvo de campanilla para no olvidar nuestra visita a Nunca Jamás. Cada grupo hizo su grito y todos juntos, la oración de los Grupos Juveniles.
Y colorín colorado…
Laura, Belén, Claudia y Vicky